A la hora de impulsar tu negocio es fundamental llevar un modelo claro de gestión contable. Sobre todo, en la fase cero del proyecto cuando ponemos en riesgo recursos personales, familiares y de préstamos bancarios.
Cuando nos embarcamos en un nuevo emprendimiento, la pasión puede que nos haga perder de vista muchos procedimientos esenciales para el desarrollo del negocio como es el caso de la disciplina financiera y la gestión contable. Y es que cuando arrancamos un proyecto ponemos alma y corazón, pero también todo el contenido de nuestro bolsillo, los ahorros familiares, y créditos bancarios.
Bien por razones de fiscalización tributaria, bien porque requerimos más financiación, o porque necesitamos ser parte de alguna iniciativa de aceleración o mentoría de potenciales inversionistas, la contabilidad del negocio se convierte en un requisito para llegar al próximo nivel, y es allí cuando un sano ejercicio contable hace la diferencia.
La gestión contable y financiera es un proceso complicado y que no se aprende de la noche a la mañana. Incluso existen muchas fuentes de información y expertos a los que echar mano cuando surgen dudas, como este sitio especializado en los problemas contables de los emprendedores. Sobre la base de varias consultas, a continuación, compartimos algunos fundamentos contables que debes considerar siempre.
Las ventajas de la gestión contable desde el punto cero
Cuentas claras. Aunque tu negocio parta con tus ahorros existen conceptos contables que te permitirán organizar el negocio en su gestión financiera. Contar con un modelo contables desde el punto cero de tu operación te permitirá tener una visión del estado del proyecto y luego podrás saber si el negocio está creciendo o si es necesario implementar nuevos planes o estrategias en áreas prioritarias para el funcionamiento de la empresa. Organizando tus finanzas puedes tener la certeza de que no gastarás más de lo que generas y sabrán cuándo expandirte y cuánto reinvertir.
Conoce el flujo de efectivo. Conocer el flujo de efectivo es una pieza clave para muchas Pymes, esto es una lectura de sus entradas y salidas de dinero al día, lo que indica que tan rentable es un negocio. Si logra un buen manejo de ellos será capaz de evitar decisiones que lleven a la empresa a la quiebra.
La contabilidad deja de ser un suplicio. Tener todo bien constituido ayuda a que la contabilidad de tu empresa sea más ágil y clara. Además, te permite deducir impuestos, pero para esto es necesario que los gastos coincidan con el giro de la empresa. Llevar una buena contabilidad te ahorrará muchos dolores de cabeza durante las auditorías.
Protege tus finanzas personales. Tu cuenta personal no debe de ninguna forma ser la caja chica de tu empresa. No es sano ni para ti ni para tu negocio, ya que no puedes ser dueño e inversionista a la vez; el riesgo de perderlo todo es muy alto. Por eso es importante proteger tus finanzas personales pues son eso, algo personal y ajeno a la empresa.
Evita problemas familiares. En el caso de las empresas familiares es complicado gestionar las finanzas, en especial cuando no tienes claro cómo hacerlo. Lo más recomendable es hablar con tu familia y capacitarse en el tema, buscar asesoramiento y tener siempre una buena comunicación.
Documentos esenciales para la contabilidad del negocio
A continuación, se definen los documentos que exige el marco regulatorio para una buena contabilidad de autónomos y pymes.
Estos son los libros que tienes que llevar si eres autónomo:
- Libro de registro de facturas emitidas: en el que se registran los datos de las facturas que vas emitiendo, siguiendo una numeración consecutiva.
- Libro de ventas e ingresos: este libro es obligatorio para aquellos autónomos que tributan por estimación directa simplificada. Tiene que reflejar las ventas realizadas por medio de factura, más el resto de las entradas de dinero, incluso las generadas por ingresos pasivos.
- Libro de registro de facturas recibidas: en este documento tienes que registrar todas las facturas que has recibido por compras relacionadas con tu actividad.
- Libro de registro de bienes de inversión: aquí deben figurar los bienes que hayas comprado para el desarrollo de tu actividad durante más de un ejercicio.
- Libro de registro de compras y gastos: en este libro hay que reflejar todas las compras que has realizado para tu negocio. Y en esta partida entran tanto las compras con factura, como los gastos con ticket.
Para una pyme, a los libros habituales para los autónomos hay que sumar los siguientes:
- Libro diario: aquí se deben registrar cronológicamente todas las operaciones diarias de tu empresa.
- Libro de inventario: refleja el valor de los bienes y existencias a final de año de tu negocio.
- Cuentas anuales: las cuentas anuales deben constar de un balance de situación, de una cuenta de pérdidas y ganancias, y de una memoria del ejercicio para explicar las particularidades de esas cuentas.
Cada uno de estos documentos supone unas prácticas de seguimiento financiero que si bien lucen complicadas al principiante se pueden dominar con la práctica. Entretanto, siempre se puede echar mano de un asesor contable o un gestor que apoye el establecimiento de los asientos contables y te acompañe en prácticas como la declaración de impuestos, registro y pago de nóminas, etc.