Con el auge del comercio electrónico vino el desafío de la transformación del sistema logístico y de entrega de mercancías que no para de demandar infraestructura física. Entran en la escena las naves desmontables.
La demanda creciente de infraestructura está poniendo calor a las cotizaciones del metro cuadrado en algunos polígonos industriales, al tiempo que ya se procuran algunas soluciones alternativas para el desarrollo de edificaciones con fines logísticos y de producción. Tal es el caso de las naves modulares temporales, o naves desmontables.
Mientras las transacciones de comercio electrónico crecen a un promedio de dos dígitos cada año, un frenético ritmo de expansión se ha instalado en los sistemas logísticos de distribución y entrega de mercancías. Al tiempo que grandes emarket places como Amazon o Mercado Libre no paran de expandir su infraestructura, los tradicionales actores del retail se reinventan en los canales digitales, reformulando su infraestructura de stock y entrega.
Las naves desmontables se diferencian de las edificaciones tradicionales porque no están cimentadas al terreno, y por diseño son desmontables. De allí sean de muy rápido ensamblaje y puesta en servicios, al tiempo que pueden ser reubicadas de forma expedita.
Aunque se crearon con fines contingentes (centros médicos y hospitales en zonas de emergencia, o espacios expositivos o eventos culturales, etc), lo cierto es que la naturaleza de los materiales con que se elaboran les confiere durabilidad en el tiempo y su estabilidad les permite integrarse a otras construcciones tradicionales.
¿Para qué son útiles?
Entre las aplicaciones que se le da a este tipo de soluciones arquitectónicas están:
- Infraestructura de almacén temporal o permanente.
- Superficie de venta provisional.
- Edificio industrial y de logística.
- Casetas promocionales.
- Espacios para cubrir maquinarias.
- Espacios para proyectos deportivos y espectáculos.
- Extensión de la superficie productiva por incremento de la producción o por nuevas necesidades.
- Casetas de obras para los profesionales del sector de la construcción.
- Centros de producción manufacturera.
- Cualquier otro que pudiera acoger una nave industrial, pero con las ventajas de una construcción en un breve espacio de tiempo y un precio mucho más asequible.
¿Alquilar o comprar?
Según la naturaleza del negocio es posible adquirir o alquilar estas estructuras para ser instaladas en el terreno que se haya previsto para la colocación. Alquilar un pabellón desmontable viene a ser la mejor decisión cuando las necesidades de infraestructura tienen una corta temporalidad.
Existen muchos proveedores que ofrecen la modalidad de alquiler operativo desde dos meses en adelante. La ventaja del alquiler está en que su negocio puede controlar costos, al pagar una cuota fija por la infraestructura, sin afectar su capital de inversión.
Otra modalidad es la de alquiler financiero. En la relación con el proveedor del pabellón desmontable, su empresa tendrá la oportunidad de capitalizar sus cuotas mensuales y controlar sus gastos inmobiliarios.
Por otra parte, si de comprar se trata, los pabellones desmontables brindan una ventaja por su versatilidad frente a las instalaciones cimentadas, pues se pueden reubicar, y por lo general implican menos gastos de mantenimiento que una nave tradicional.
Un pabellón modular puede estar operativo en mucho menos tiempo que uno definitivo, por lo que supone una gran solución para necesidades urgentes. Las gestiones de ingeniería previas a su levantamiento también resultan menos engorrosas.
Pero también hay que destacar la versatilidad de estas obras. Cabe la posibilidad de adosar uno de estos pabellones a otro existente. Igualmente, se puede ampliar uno ya disponible, en el caso de que la actividad que alberga lo precise.
Que la instalación temporal que representa pueda convertirse en más o menos permanente es una decisión que ha de tomar el cliente. Un buen asesoramiento de quienes trabajan con estas estructuras modulares va a ser clave para valorar esta clase de proyectos.