La “cuesta de enero” supone necesidades adicionales de financiamuento que hoy en día tienen a los lenders como nuevos jugadores del sistema.
Decía mi bisabuelo que, tras la abundancia, siempre viene la escasez. Aunque sea por un instante y sólo para que percibamos el cambio de un momento a otro. Para que celebremos el fin de una y el retorno de la otra.
Nada resulta un mejor ejemplo de esto que la llamada “Cuesta de Enero” que suele resultar muy desagradable y – en ocasiones – fatal para los emprendedores novatos.
Y es que, si algo hay que “planificar” en el primer o es cómo sortear las bajas (casi inexistentes) ventas de enero en particular y del primer trimestre, en general.
Mientras los más osados diseñan una serie de promociones y rebajas que permitan que la caída nbo sea aparatosa, no pocos deben acudir al financiamiento para capear el temporal.
Por mucho tiempo está opción supuso recurrir a prestamistas en la mayoría de los casos pues los emprendedores y mipymes solían y suelen estar fuera de los parámetros de financiamiento de la banca tradicional.
Nuevos jugadores
Por fortuna, el fintech y la era digital han introducido empresas con nuevos modelos de negocios que, entre otras cosas, pueden proporcionar recursos a sectores desfavorecidos: los llamados los lenders o prestamistas digitales.
Según datos del Panorama Fintech Latinoamericano de KoreFusion, la región obtuvo:
- Una inversión récord por US$ 8.800 millones para empresas de tecnología financiera
- 95% de esta inversión se concentró en tres rubros: pagos, préstamos y bancos digitales.
No obstante, José Andrés Chávez, CEO y cofundador de Bayonet, plataforma de prevención de fraudes y optimización de pagos electrónicos, recuerda también que el aumento de los créditos digitales aumenta la exposición a fraudes y, especialmente, el robo de identidad.
Ambas situaciones pueden hacer de la cuesta de enero un Everest que se extienda por un período bastante más largo en el año.
“Si bien la cuesta de enero representa una oportunidad para estas empresas también es un desafío. Los lenders, las amenazas de fraude también aumentan, por lo que estos deben estar preparados para que los riesgos no obstaculicen su crecimiento, afecten su reputación o generen desconfianza en sus usuarios o clientes potenciales”, destacó Chávez.