El delivery ha crecido realmente rápido en el último año, lo que se ve a simple vista, sin embargo, tiene consecuencias colaterales importantes, en especial el impacto negativo para el medio ambiente.
Por Miguel Torres, CEO y fundador de Shippify
El delivery ha crecido realmente rápido en el último año, lo que se ve a simple vista con el aumento de los repartidores en las calles de las ciudades del país. Esta subida en la demanda es -claramente- beneficiosa para el rubro generando nuevos empleos y dinamizando la economía, sin embargo, tiene consecuencias colaterales importantes, en especial el impacto negativo para el medio ambiente.
El servicio de repartos llegó a la vida de las personas debido al contexto de cuarentena y en la actualidad ya son parte de la rutina de compras. Según datos de Shippify, las entregas se incrementaron en un 250% solo en el 2020 en transacciones de e-commerce. Tanto así, que la irrupción del Covid-19 generó un cambio en la tendencia, el 97% de los restaurantes planean mantener el delivery de forma permanente tras la pandemia, según una encuesta realizada por Deliveroo.
Las entregas “por parada” tienen una huella ambiental mucho mayor que las entregas planificadas, que están optimizadas para entregar la mayor cantidad de paquetes utilizando la menor cantidad posible de conductores, camiones y otros recursos. Lo importante en estos momentos es buscar formas de amortiguar – y en un futuro eliminar- la contaminación medioambiental que supone una entrega a domicilio. Para lograr esto existen diferentes caminos.
“Delivery eficiente”
En el presente es materialmente imposible eliminar la emisión de contaminantes en las entregas, lo que sí se puede hacer es hacer un plan de “delivery eficiente”, mediante tecnología, algoritmos de ruterización – clusterización en donde en solo un viaje se logren concentrar el máximo de repartos posibles.
Si bien, los acuerdos medioambientales internacionales buscan contraer la contaminación en toda la movilización y encaminarse desde ya hacia una movilidad eléctrica para el futuro cercano, hoy en Chile solo hay 900 vehículos con esta condición, sin lugar a dudas un avance, pero todavía insuficiente para lograr objetivos amigables y sustentables para tener un delivery “libre de emisiones”.
Hoy es necesario encaminarnos a un cambio de mentalidad en materia de sustentabilidad en las empresas de delivery, teniendo en vista no solo la electromovilidad como una meta, es una invitación a realizar entregas inteligentes y utilizar la tecnología como una herramienta que disminuya las emisiones siendo más eficientes. En la actualidad un ruteo eficaz, es resguardar el planeta para nuestro futuro y el de las próximas generaciones y también un llamado para las marcas y su responsabilidad con el medio ambiente no solo una estrategia de “marketing”.