Qué durante la pandemia todo el mundo usó la omnicanalidad no sorprende. Pero, ¿de verdad sirve para los fashion retailers?
Una de las conductas que más alimenta la resistencia al cambio es ver siempre lo que vamos a perder en una nueva práctica, sin preguntarnos, exactamente, lo que vamos a ganar con esa transformación.
Más aun si lo que perdemos nos agrada. Es decir, nadie usa su día de mejor humor para decir: “¡Ya sé! ¡Me voy al dentista!”. Del mismo modo, el shopping tradicional es terapéutico para algunas personas. No les interesa cambiar la manera “de siempre”.
Algo parecido a eso se decía con respecto a la compra de libros y Amazon demostró (sin lugar a dudas) que el libro electrónico tenía oportunidad y derecho a hacerse su propio espacio. Amazon todavía no se ha arrepentido de ese experimento. Y no debería.
Por otro lado, las cifras globales indican que el sector retail no está experimentando – precisamente – las mejores condiciones de su historia.
En particular, los fashion retailers se han enfrentado a ingresos y márgenes reducidos aunque, claramente, la omnicanalidad es una oportunidad, sin importar su tamaño.
Y no se angustie: puede que gane más gente de la que podría perder.
Víctimas del éxito
Sin embargo, estas ventajas de la omnicanalidad, por ahora, son parte del problema.
Los fashion retailers enfrentan además de merma en sus ingresos, una infraestructura que fue sobrecargada por no estar preparada para la alta demanda de ventas en línea que generó la pandemia.
Actualmente, estas ventas representan entre un 40% y un 60% de las ventas totales.
Más aún, la crisis sanitaria en China y las condiciones políticas en en resto del mundo están generando una paradoja:
- 124% más de los niveles de marzo de 2020 es el repunte actual que experimentan las ventas de ropa y accesorios de vestir
- Esto, inclusive, es 14% por encima de los niveles de marzo de 2019
Sin embargo, se espera que el impacto de la crisis asiática y en las cadenas de suministro siga impactando negativamente la producción y, a la larga, los niveles récord de inflación pueden eventualmente atenuar las compras de los clientes.
Andrés Ávila, Gerente Senior de Marketing para Retail en Latinoamérica de Zebra Technologies destaca que nada de esto, sin embargo, afectará a la omnicanalidad, en todos los sectores.
“Incluso cuando la vida se siente casi como antes de la pandemia, los desafíos del comercio minorista seguirán evolucionando. Por ello, la industria de los fashion retailers debe ser capaz de coordinar con éxito la interfaz digital con la exactitud del inventario físico”, aseguró.
Digitalizar los inventarios
El representante de Zebra recuerda que este tipo de control de inventario sólo es posible con la transformación digital: desde el puerto hasts la tienda, pasando por el depósito.
Destacó que los minoristas deben anticipar y responder a la demanda de los clientes, al igual que a los cambios del mercado:
- No es sorprendente que menos del 10% de los minoristas a nivel mundial puedan hacer esto al día de hoy
- Pero explica por qué el 57% de los minoristas globales han enumerado la mejora de la previsión de la demanda como un área de enfoque principal.
Pero eso es sólo el comienzo, ya que los minoristas – en especial los fashion retailers – deben reconfigurar la variedad de productos en sus tiendas y canales.
Dentro de un entorno de omnicanalidad, la tienda física representa una sala de exhibición y un centro de experiencia, junto con una conveniente ubicación para ventas, cumplimiento y devolución.
Las tiendas aisladas no maximizan a la marca, los ingresos o los márgenes.
Por lo tanto, aunque los productos puedan tener una demanda en línea un 10 o 15% mayor, parte de este inventario debe de llevarse a las tiendas para su cumplimiento, incluso si no está en una vidriera.
El reto del delivery
Finalmente, los fashion retailers deben enfrentar uno de los grandes retos para el retail es la preparación de los envíos.
Al igual que lo ya ha hecho otros sectores como el gastronómico, la mejora de los procesos aumentará la rentabilidad a través de:
- Reducciones en las rebajas
- Ganancias por ventas directas
- Y costos de envío más bajos
Incrementar la rentabilidad en los canales diferentes a la tienda física requiere repensar y reorganizar las operaciones de la cadena de suministro tanto vomo la comercialización.
Es por ello que, como destaca Ávila, un mejor uso del inventario permite la reducción en los costos de envío y puede mejorar, significativamente, los márgenes.
Hay, sin embargo, que entender que funciona con un efecto cascada:
- Cada mejora se basa en otra desde la planificación
- La asignación
- La fijación de precios
- Y la preparación
- Comenzando de nuevo en la planificación
- Y creando un impulso positivo con cada ciclo