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¿Fan de Silicon Valley? Admita que también odia estas 7 cosas (2/3)

Si bien hay muchos motivos para ser fan de Silicon Valley, algunos de los analistas más entusiastas han destacado que debe parar de ejecutar estas conductas

Factory Pyme | Por Elibeth Eduardo | @ely_e

Puede que hasta ahora su influencia hayan transformado positivamente el mundo alrededor de nosotros pero, sin duda, eso no ha sido de gratis.

Como vimos con la noción de “disrupción” en nuestra entrega previa, ciertamente, hay otras maneras de hacerlo antes de aplastar a las empresas (y los empleos) tradicionales.

Veamos las restantes cosas que hasta el mayor fan de Silicon Valley detesta de las prácticas de esta comunidad empresarial y su cultura.

2. Fingir que no es una compañía de medios

Sí: le hablo a usted, Facebook y todas las empresas que hay con la envidia a esta red social.

Si los usuarios publican o comparten contenido en su sitio y usted hace cualquier cosa a ese contenido (ordenarla con el algorítmo o filtrarlo; eliminar temas censurables o ofrecer “top stories”) ¿adivine qué? Es una compañía de medios.

No es como la compañía telefónica. Eres como una compañía de periódicos, con todas las responsabilidades sociales y editoriales correspondientes.

Facebook es el principal hipócrita en este reino. Es un filtro agresivo del contenido de News Feed, mostrando una fracción de los mensajes enviados por amigos usando criterios secretos diseñados para aumentar el “compromiso”.

Facebook es la mayor fuente de noticias en la historia de la humanidad. Pero cuando se enfrentó a su papel en la difusión de noticias falsas, primero levantó las manos y dijo, “oye, no somos una compañía de medios”.

Después de la presión pública dio marcha atrás y anunció que trabajará con FactCheck.org, PolitiFact, ABC News, Associated Press y Snopes.com la verificación de historias para, después, etiquetar las historias falsas como tales.

Demasiadas empresas de Silicon Valley quieren emular a Facebook en ambos sentidos. Quieren ser “disruptivos” o desplazar a las organizaciones de medios tradicionales y ganar toda la influencia, el poder y el dinero, pero luego afirman no asumir ninguna responsabilidad por la calidad de la información entregada al público.

Los analistas consideran que esto no se puede mantener: las empresas deben dejar de fingir que no son una compañía de medios.

Deben asumir e intensificar su responsabilidad. O salir del negocio de distribución de contenido.

3. Periodistas técnicos: un poco de humildad también funciona

El periodismo siempre ha sido un acceso privilegiado que, en tiempos remotos, permitía privilegios fundamentales a, por ejemplo, los críticos literarios o teatrales.

Algo de esto se mantiene en el mundo gastronómico y, por supuesto, en el de la tecnología: muchos de estos periodistas se frotan los codos con los asientos del poder, por así decirlo.

El problemas es que la arrogancia del Silicon Valley es contagiosa. Muchos de estos periodistas o blogger especializados llaman “normales” a todos aquellos en su audiencias que “no son lo suficientemente impresionantes como para ser periodistas tecnológicos”.

Lo más grave es que este complejo de superioridad parece haberse extendido por buena parte de la comunidad de bloggers, podcasters, editores y escritores, especialmente entre las publicaciones más recientes y menos experimentadas .

¿Cuál es el problema además de ser odiosos? Que los periodistas de la tecnología tienen acceso a invitaciones, unidades de revisión y un mínimo de notoriedad que no debería confundirse con un logro personal.

Desde ese punto de vista ven las prioridades de su audiencia (como comprar dispositivos y lidiar con las consecuencias) como irrelevantes y defectuosas.

Los periodistas tecnológicos necesitan aprender (rápidamente) que:

  • Dentro de su audiencia hay personas que son mejores que ellos en el tema tecnológico.
  • Probablemente saben menos sobre el tema de su artículo en parte porque tienen mejores cosas que hacer que obsesionarse con las minucias de cada nueva aplicación o teléfono inteligente.
  • Recurren a los “analistas” para obtener ayuda, información y perspectiva, no un (mal) trato condescendiente.

Deje de hacer esto: desconfíe de sus propias prioridades tecnológicas y tome las prioridades de su audiencia como evangelio. Vea a su audiencia como una asociación para el aprendizaje mutuo.

De esta manera será no sólo útil a los usuarios sino, también, a las empresas que podrán verlo como una fuente de retroalimentación para mejorar.

Así ganamos todos. Para variar.

En nuestra próxima entrega seguiremos viendo esas cosas que Silicon Valley debería cambiar para que revolucionar el planeta y convertirlo (enteramente) en su fan.

Elibeth Eduardo G.

Periodista apasionada por la innovación, la tecnología y la creatividad. Editora de The Standard CIO y Factory Pyme para The HAP GROUP

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