Si bien no hay ninguna receta mágica que garantice el éxito de un emprendimiento, estos consejos nos alejan de los errores fatales.
Si usted es del tipo de persona que odia a la gente (créame: existen) y, por ello, piensa que su destino es tener su propia empresa para no tener que tratar con nadie, piense otra vez.
A menos que sea sicario y puedan – por esa vía – “expresar” su opinión de la humanidad, el fracaso está garantizado. Hasta los programadores que suelen ser amigos de trabajar en solitario necesitan clientes para tener éxito. Y eso sólo para comenzar.
¿Sorprendido? Hay algunos conceptos errados que asociamos al emprendimiento que estos tres consejos pueden ayudar a corregir y, con ello, permitirnos lograr el sueño de una startup que, realmente, logre ser viable y próspera.
1. Aprende de otros emprendedores
Si ha decidido emprender, es bueno que intente conocer a otros que ya han pasado por la experiencia antes.
Y no descarte a los que fallaron en el intento: aprender de los errores de otros es más barato que aprender de los propios. Y duele muchísimo menos.
Alimente su networking de gente que entienda por lo que está pasando.
IMPORTANTE: Escúchelos. Con atención. Sólo así aprenderá de ellos.
Y, probablemente, descubrirá que a los más exitosos les gusta compartir su experiencia y ayudar a otros. Aproveche.
2. Investiga y ten modelos exitosos
Todos hemos dicho alguna vez: “cuando sea grande quiero ser como…”. Incluso siendo adultos.
La ventaja de internet y de otras tecnologías es que podemos investigar historias exitosas de cualquier parte que nos inspiren y sirvan de modelos.
Dedique tiempo de su día a revisar blogs o foros de la industria que le interesa, a conocer a las figuras importantes, a darle mantenimiento a tus contactos e incluso a conocer en línea a personas influyentes para su negocio.
Véalo como si tomará un cursos o fuera una cita con un cliente. No falte.
3. Encuentre a un mentor… y a un amigo
Quizás le parezca una costumbre muy gringa pero, lo cierto, es que tener una figura inspiradora que nos aconseje con la experiencia no puede ser malo.
Basta ver “Pasante de Modas” para encontrar las muchas ventajas de una relación como esa.
Seguramente no tenga a mano a alguien con la humildad y sensatez de Robert de Niro en ese papel pero basta que sea alguien que le diga lo que TIENE que escuchar.
Un amigo, en cambio, será de preferencia alguien que le diga lo que QUIERE escuchar.
Como emprendedor necesitas ambas figuras y la habilidad para saber diferenciarlas. Es más fácil cuando son personas distintas pero, como lo demostró De Niro, hay quien puede jugar ambos roles.
Recuerde que las diferentes perspectivas agregan valor a sus ideas y le muestran las debilidades de su planteamiento.
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